Cómo lidiar con las interrupciones

En el post anterior, estuve hablando de cómo conseguir avanzar en esas tareas importantes y de alto impacto para nuestra vida profesional o personal. Hoy hablaré, tal como prometí, de algunas ideas para lidiar con las interrupciones que impiden alcanzar resultados, de manera eficaz y sobre todo, sin ofender a quienes nos interrumpen.

Es importante tener claro que cuando mejor nos desempeñamos es precisamente cuando podemos concentrarnos de manera exclusiva en una tarea en particular. Estos periodos de concentración pura son cada vez más cortos, ya que nuestro cerebro se ha ido adaptando a los distractores que hacen parte de nuestra vida cotidiana: Internet, el teléfono, las personas, la mensajería instantánea, etc.

Sin embargo, la concentración es como un músculo: se puede desarrollar a través de la práctica. Y para ello, con algunas sugerencias, podremos conseguir avanzar en nuestros objetivos sin que perdamos la paciencia.

En primer lugar, es importante hacer una lista de aquello que nos interrumpe: llamadas telefónicas, correos electrónicos, personas que acuden a preguntar o consultarnos algo, Internet o cualquiera que sea la fuente. Si queremos contar con periodos para ejercitar nuestra concentración, es importante establecer «horas de concentración», es decir, periodos de tiempo donde no se le permite a nadie interrumpirnos. Para quienes tienen jefes con este hábito, es importante que se comuniquen con el o ella y le expliquen en qué consisten estos lapsos de tiempo, para que lo entienda y los respete. La duración depende de cada persona: se puede comenzar con periodos cortos de unos 10 minutos para ir entrenando nuestra capacidad de atención, e irlos aumentando paulatinamente. Es importante tener en cuenta que a partir de los 45 minutos, el nivel de atención disminuye, por lo que sería conveniente ir descansando entre periodos. Con 5 minutos basta.

Por otra parte, si a pesar de haber establecido estos periodos, las interrupciones siguen llegando, una buena alternativa es escribir aquello que nos están solicitando en una libreta o cuaderno para sacarlo de nuestra mente y continuar con lo que estemos haciendo. En cuanto hayamos terminado, podremos referirnos a los apuntes y responder a la petición que nos fue formulada. Con eso no perdemos el hilo de lo que estábamos haciendo y tampoco le daremos a entender a quien nos ha interrumpido que su solicitud no es importante.

Un buen truco, que casi nunca falla, es ponernos auriculares mientras trabajamos. Es una señal universalmente reconocida que indica que estamos concentrados en algo. Puede que no estemos oyendo nada, o que hayamos puesto algo de música suave que incentive la concentración, pero nadie tiene por qué enterarse. Un efecto colateral es que unos buenos auriculares aislan el ruido exterior, cosa realmente útil en una oficina con mucha gente y si el sonido ambiente nos dificulta la concentración.

Por último, el destinar periodos de tiempo para tareas específicas también permite desarrollar un sentido de la concentración más agudo. Esto es, 20 minutos para responder correos electrónicos, 20 minutos para leer los informes, 20 minutos para escribir una propuesta, 20 minutos para hacer o recibir llamadas telefónicas, etc. Con esto, nuestro cerebro «entenderá» que durante ese periodo se puede concentrar exclusivamente en una actividad, con lo que conseguiremos reducir la frustración y terminar más tareas.

¿Alguna otra sugerencia o truco efectivo en particular? Me encantaría conocer sus opiniones en los comentarios!

Los MIT y la mejora de la productividad

Una de las quejas que recibo con más frecuencia cuando impartimos seminarios de GTD es cómo distribuir el tiempo y priorizar las tareas. Incluso mi amigo Alberto me envió una divertida presentación que hablaba sobre el D.A.D.E (Déficit de Atención Debido a la Edad), que resumiéndolo, describe esa sensación de terminar el día agotado sin saber muy bien en qué hemos invertido el tiempo y el esfuerzo.

Actualmente es bastante complicado estar concentrado durante más de 20 minutos. Las distintas distracciones a las que nos enfrentamos, llámense internet, llamadas telefónicas, asuntos «urgentes» (nótense las comillas) y el temido «multi-tasking», o lo que es lo mismo, tratar de hacer más de dos tareas a la vez, han mermado nuestra capacidad de mantener el foco en una sola tarea, con la consiguiente frustración y el ir dejando mucho de lo que hacemos sin concluir.

Sin embargo, adoptando una sencilla regla podremos ser productivos y a la vez sentir que hemos hecho esas cosas realmente importantes para nosotros durante el día, sin importar el número de interrupciones o distracciones con las que tengamos que lidiar.

Estas «cosas importantes» se denominan MITs, o lo que es lo mismo «Most Important Tasks» (Tareas más Importantes). La idea es simple: al comenzar la jornada, hacemos una lista de máximo 10 tareas que queramos completar durante el día. De esas 10, escogemos las que más impacto tengan a nivel profesional y/o personal y las priorizamos, según la urgencia, fecha de entrega, volumen de trabajo, etc. Una vez que tenemos esta «hoja de ruta», comenzaremos a atacar nuestra lista de tareas COMENZANDO POR LOS MITs. Lo primero que haremos durante la mañana, después de hacer la lista y priorizarla, es comenzar a trabajar en una de las tareas que hemos incluido en la categoría MIT. El objetivo es trabajar al menos durante 20 minutos en ella o el tiempo que podamos dedicarle.

En cuanto hayamos terminado o avanzado en esta tarea hasta el hito o punto de control que nos hayamos planteado (puede ser leer un capítulo de un libro, redactar la primera página de un informe, hacer una llamada telefónica, etc.), podremos realizar cualquiera de las tareas en nuestra lista e iremos intercalando con los MITs hasta terminarlos o llegar al hito que nos hemos propuesto para la jornada.

Puede que algunos de ustedes estén pensando que con las continuas interrupciones a las que nos enfrentamos, sea imposible o muy complicado conseguir terminar los MITs de cada día. Sin embargo, el secreto está en esos períodos de trabajo continuados de alta concentración que le dedicamos a estas tareas. Recuerdan la sensación de hacer durante la primera hora de la mañana lo que durante todo el día habría sido imposible? A ese «estado de flujo» me refiero.

En el próximo post hablaré de cómo lidiar con las interrupciones con más detalle.

Los peligros de la meditación

Al parecer, desde hace unos años la meditación «está de moda». Muchas personas hablan de sus beneficios y de lo saludable que puede ser una práctica regular. Sin embargo, es bueno tener en cuenta algunas consideraciones para evitar que algo que en sí es recomendable y productivo, se convierta en un problema serio de salud o mental.

Como sabemos, la meditación es la práctica de la atención consciente hacia la respiración, un objeto externo o hacia la propia presencia de la persona que medita. Durante este proceso, el meditador experimenta una sensación de calma a nivel físico y mental que va aumentando en intensidad a medida que tiene más experiencia. A nivel cerebral, hay una mayor producción de ondas theta, que están asociadas a situaciones de profunda concentración, pero también a estados depresivos crónicos.

Por esta razón, la práctica de la meditación no está recomendada a personas que padecen algún trastorno depresivo, porque en muchas ocasiones puede empeorar los síntomas. Para quienes presentan este tipo de dolencia es recomendable practicar actividades que induzcan al cerebro a generar ondas beta, tales como el deporte, leer, escuchar música, entablar conversaciones, pasear y en general, tareas que exijan un grado alto de atención.

Por último, la meditación, como cualquier otra actividad, debe practicarse con mesura. Al meditador que se está introduciendo en la práctica, puede dedicar de 1 a 5 minutos al día hasta cuando se sienta cómodo en esos periodos y pueda ir aumentando gradualmente la duración de los mismos, hasta llegar a los 30 minutos por sesión, que no deberían sobrepasar las dos por día. De esta manera el cuerpo y el cerebro podrán irse adaptando paulatinamente al nuevo estado sin mayores riesgos o complicaciones.

Qué hacemos en Henkan Coaching

Si bien es cierto que en nuestra web puedes ver a qué nos dedicamos, hoy queremos ir un poco más allá y explicar nuestra filosofía y experiencia para ofrecer esta alternativa de vida y alto rendimiento.

Partimos de un supuesto muy sencillo: cuando una persona considera necesario buscar algún tipo de acompañamiento o ayuda para salir de una situación que le produce incomodidad, alcanzar un objetivo que se le resiste o simplemente cambiar algún aspecto de su vida, normalmente se encuentra, en alguna medida, en lo que nosotros denominamos «estado de alarma», es decir, ese obstáculo o meta que quiere alcanzar puede estar alterando su funcionamiento normal a nivel físico y/o mental.

Expliquémoslo con un ejemplo: una persona se acerca a nosotros porque enfrenta una situación delicada a nivel familiar, con continuas peleas, problemas y malos entendidos que han hecho que la relación con los miembros de su familia se haga cada vez más difícil, y no sabe cómo gestionarlo. Desde nuestro punto de vista, de nada sirve decirle que «todo saldrá bien» o que la situación «es parte normal de los acontecimientos de la vida» y que se «concentre en que todo pasará», si la persona se encuentra alterada, no puede dormir bien, sus ciclos y horarios de alimentación se encuentran alterados (come mucho o muy poco) y en general se encuentra desequilibrada a nivel físico, por lo que el primer paso es estabilizarle en este plano, que es el que «más a mano tiene», para proceder luego a trabajar la molestia en si.

La «Dinámica Física» consiste precisamente en devolver el balance natural al cuerpo, permitiéndole descansar, nutrirse y experimentar un estado de tranquilidad adecuado que constituirá la base para el trabajo emocional y mental necesario para reducir la molestia que le trajo hasta nosotros, a través de técnicas sencillas y fácilmente incorporables a la rutina de cualquier persona.

Cuando la persona ha vuelto a descansar, sus niveles de nutrición y regeneración celular son los adecuados y puede ver la situación con mayor objetividad al encontrarse más tranquila, comenzamos a trabajar con la «Dinámica Mental«, que consiste en descubrir donde se encuentra la molestia y trabajar sobre ella para reducir sus efectos sobre el individuo, de tal manera que pueda gestionarla y manejarla sin que ocasione trastornos importantes en su vida cotidiana.

Este método ha sido probado y comprobado en múltiples ocasiones, con excelentes resultados en periodos de tiempo claramente definidos. Nuestro objetivo es que la persona que se entrene con nosotros pueda, con los conocimientos que adquiere, gestionar las situaciones que le ocasionan ansiedad, estrés o cualquier desequilibrio similar, de manera eficaz.

Por otra parte, si la situación no es de carácter emocional sino profesional, como por ejemplo un ascenso inminente, la entrada a un nuevo mercado o empresa o la realización de una prueba o competición de gran importancia, aplicamos el mismo método con algunas variantes para adaptarlo al entorno en el que se encuentre la persona o grupo que quiera ser entrenado y afrontar la situación en cuestión con garantías de éxito.

Es importante mencionar que si la persona que acude a nosotros se encuentra en un buen estado a nivel físico, empleamos técnicas directas de entrenamiento para apoyarle en ese proceso de cambio, gestión de problemas o consecución de objetivos, para que pueda alcanzarlos de la mejor y más rápida forma posible, con sus propios recursos y habilidades.

Por último, vale la pena destacar que tratamos de emplear métodos cuantitativos para medir el progreso del trabajo realizado, y así reducir la variabilidad producida por los distintos estados de ánimo de la persona, esto es, podemos medir con exactitud, a través de métodos como el biofeedback, si un individuo está avanzando a medida que se trabaja un tema en concreto, a través de variables físicas que nos dan una idea muy aproximada del nivel de estrés, tranquilidad o estado físico de la persona en cuestión.

¿Tienes alguna duda o quieres consultarnos una situación en concreto? Contáctanos. Estaremos encantados de ayudarte!